Una boda rústica en Navidad

El romántico aroma de la Navidad

Cierra los ojos por un segundo y huele el entrañable olor a galleta y canela, el olor a muérdago y a troncos recién cortados, siente el calor que desprende el fuego de la chimenea, abre los ojos y observa, en una mesa de madera, dos tazas de café. Por último, acércate a la ventana y percibe la abrumadora nevada que está cayendo ahí fuera.

Inevitablemente, el suave aroma de la Navidad nos traslada de forma inmediata a una dulce imagen, un leve recuerdo donde todo es ilusión, amor y felicidad.

Un boda en Navidad

Navidad es pasión, ganas de enamorarse, tradición de regalar y sobretodo tiempo para amar.

Jimena y Martín celebran su boda. Todavía se escuchan las campanas repicar mientras los invitados se trasladan a un bonito paraje natural. Ha sido una mañana helada, todavía se puede percibir las gotas del rocío en las flores. El lugar está lleno de abetos decorados con luces, piñas secas y hojas marchitadas encima de un manto de césped.

La Navidad rezuma un entrañable ambiente familiar. Es una época perfecta para compartir una boda con los familiares y amigos más cercanos. Jimena saborea un chocolate caliente mientras observa a sus amigas reír y bailar.

Mesas de madera recorren el jardín principal. Embellecidas con ramas de acebo verde e ilex. La vajilla de porcelana está cortejada con copas de cristal, servilletas blancas acompañadas de una rama de canela atadas con un cordel.

A lo lejos, se percibe una mesita francesa compuesta por dulces de Navidad. Pastelitos de terciopelo rojo, panettone de pasas, bizcocho de limón, magdalenas de chocolate y bastones de caramelo. Todo ello adornado bajo la iluminación suave de tonos dorados, verdes, rojos y blancos. Creando de esta manera, un lugar muy acogedor donde se puede oler un suave aroma a Navidad.