La boda de la novia con un velo de lunares
Hoy no escribimos nosotras, lo hace ella: Johanna Ortiz Calderón. La recordarás como nuestra novia que lució un velo de lunares, esa que hizo historia en nuestro país y en los libros de la moda nupcial. Hasta el momento nadie se había atrevido con un velo de lunares negros. ¡Johanna fue toda una valiente! Queríamos que el post de la boda de Johanna y Fermín fuera especial. Y lo hemos vuelto hacer. La primera vez con Tamara Mariscal, la novia más dulce, y ahora con ella, la novia con el velo de lunares. Hoy le hemos abierto las puertas de nuestro blog para que te cuente en primera persona cómo fue su boda en Sevilla.
Podrás haber visto o leído mucho sobre la boda de Johanna y Fermín, pero te aseguro que este post es diferente, esta publicación es emoción pura porque ella misma quiere contarte todo lo que sintió en su 14.10, una fecha que fue tan especial para nosotras que decidimos que diera nombre a uno de los anillos de pedida de nuestra colección de joyería en colaboración con Oui Petit.
La boda de Johanna y Fermín contada en primera persona
Hace ya un año de nuestra boda y seguimos recordándola como si fuese ayer.
Muchas veces nos lanzan una pregunta: ¿Cuándo os volvéis a casar? Pero creemos que sería imposible repetir un día tan emotivo, único y especial como fue aquel 14 de octubre del 2017.
Amanecía en Sevilla, estábamos cada uno en nuestra habitación en el hotel Hospes Las Casas del Rey de Baeza, y desde bien temprano, empezamos a sentir una mezcla de emociones. Yo dormí con mi madre, una noche muy especial para las dos, y Fermín con sus padres, con los que se vestiría al día siguiente.
A las siete de la mañana sonó mi puerta, tras ella Roberto Pacheco del equipo de Oui Novias. Nos fundimos en un gran abrazo, fui su primera novia en elegir fecha y la última a la que realizaría el beauty look. Elegimos una coleta y labios rojos con un eye liner muy marcado. Quería ser yo en todo momento.
Más tarde llegó Ana de Cherubina para acompañarme y vestirme. La noche anterior ella y su marido Pedro estuvieron con nosotras preparando el vestido y tomando una copa de champagne. Y después, el equipo de Couché Photo entrando por la puerta. Fotos, flores que llegaban cargadas de amor, vestido, zapatos, últimos retoques y sin darme cuenta, ¡el coche ya estaba abajo!
Todo el equipo me comentaba que Fermín ya estaba listo (y nervioso) enfundado en un chaqué que mi querido Lander Urquijo hizo con mimo y dedicación. Los gemelos y los zapatos eran de la firma Bow-tie y fueron un regalo de Puri, mi madre. Fermín también lució el Rolex que le regalé el día de la pedida.
La novia de lunares
Para mi vestido lo tuve claro: tenía que ser la firma de alta costura Cherubina. Sabía que ellas reflejarían mi personalidad y el arraigo que le tengo a Sevilla. A pesar de no haber nacido en esta ciudad y residir siempre en Madrid, parte de mi familia es de Sevilla y tengo el corazón dividido. Soy amante de los lunares y tenía que incorporarlos de alguna forma a mi Día Mágico, así que me lancé a ello añadiéndolos al velo. Un velo blanco de seda en el que Ana de Cherubina bordó los lunares uno a uno.
Ana incorporó a las mangas del vestido bordados sacados de una pieza vintage que tenía guardada para cuando llegara esa novia especial. Además, incorporó al encaje unos nuditos blancos y negros para que el bordado tuviera un poco de volumen y color: ¡un trabajazo! Sin duda, una obra de arte.
Los zapatos de mi boda tenían que ser unos Manolo. Me decanté por los ‘Manolos Hangisi’ de seda satinada de color rojo de Manolo Blahnik que me regaló Fermín el día de la pedida.
Un 14.10 para recordar
Nuestro coche fue un escarabajo descapotable vintage y así llegamos a mi querida Ermita de Nuestra Señora de Setefilla, mi madre, mi mejor amigo Álvaro y yo.
La ermita fue decorada por las chicas de Apunto Bodas. La ermita estaba especial, se respiraba algo único que a día de hoy en Lora del Río se sigue recordando.
Nada más llegar, a pesar de no ir nerviosa, una tranquilidad invadió mi cuerpo, allí estaban ellas, mis Weddings With Love. Me hacía especial ilusión que fueran Lidia y Patricia las que me velaran con mi inmeso velo de lunares. Jamás olvidaré sus caras la primera vez que me vieron en el taller de Cherubina.
El coro de la Virgen de Setefilla hizo que la ceremonia fuese muy especial, ya que cantaron mis canciones preferidas a la Virgen con Fermín y yo bajo sus pies.
Ceremonia en Lora del Río
La entrada con mi madre de la mano es un momento que siempre estará en mi memoria. Las dos unidas como hemos estado y estaremos siempre, caminando entre las miradas de nuestros amigos y familia que no sabían que sería ella la que me acompañaría al altar, después de nuestras niñas de arras vestidas por Silvia de By Niné y mi amigo Álvaro que estuvo conmigo hasta el último segundo pendiente de mi madre, de mi vestido y de mí.
Al acabar la ceremonia nos fuimos a celebrar nuestro enlace al Castillo de la Monclova, un lugar mágico en el que disfrutamos al máximo. Lambel Catering fue el elegido para nuestra comida, y solamente tengo palabras de agradecimiento para Rafael, que nos trató como si fuéramos sus hijos en todo momento.
Boda en el Castillo de la Monclova
Apunto Bodas, junto con nuestras chicas de Weddings With Love, hicieron que el castillo estuviera más bonito que nunca. Verde, buganvilla, lentisco, olivo y limones fue lo que elegimos para nuestras mesas. Las minutas tenían el mismo estampado que nuestras invitaciones, un mapa mundi a todo color. Para los nombres de las mesas nos inspiramos en motos y diseñadores de moda. Fermín es amante de las dos ruedas y la moda es mi vida. Fueron diseñados por Ana de Knots Made With Love.
No seguimos el protocolo en nuestra boda: entramos al almuerzo bailando La Macarena, acabamos subidos a una fuente entregando ramos, weddings planners vestidas de negro, velos de lunares y cosas así hicieron que la boda tuviera un toque Fermín y Johanna.
No podía dejar pasar este día sin dedicar unas palabras a la gente que más quiero y así lo hice. Meses antes preparé un discurso que no volví a abrir hasta ese momento, emocionada lo leí, paso a paso, viendo como nuestros invitados se emocionaban, aplaudían o se reían.
Cuando la novia es la DJ
Fermín y yo decidimos bailar Alguien, de Siempre así. Dudábamos entre nuestros grupos favoritos pero un día en el coche sonó y Fermín me dijo: “Tú eres mi alguien, ¿bailamos esta canción?”.
Así dimos paso a nuestra fiesta: allí bailó hasta el apuntador y unas horas después junto con el confeti, humo y láser, entró en escena una dj muy especial, ¡yo misma! Me subí a pinchar un remember de nuestra época adolescente, estuve meses preparándome para ese momento y para hacerlo como si de una DJ profesional se tratara. Canciones como Flying Free o Fly on the Wings hicieron que todos mis amigos se agolparan delante de la mesa saltando y bailando. Jamás olvidaré sus caras de sorpresa y gritos pidiendo más. Lo que no sabían es que las tres últimas canciones de la boda las pincharía yo también: La bilirrubina, Yo quiero bailar de Sonia y Selena y Wannabe de mis adoradas Spice Girls.
Aún recuerdo a la gente corriendo a los autobuses porque después de un tiempo razonable de espera, o partíamos hacia Sevilla o nos dejaban bailando, aunque ahora que lo pienso, ojalá se hubiesen ido y creo que hoy todavía seguiríamos dándolo todo en aquel maravilloso albero.
Ya que tengo esta maravillosa oportunidad de contar en primera persona nuestra boda quiero agradecer de nuevo a todo el equipo que todas mis locas ideas fueran posibles:
Cherubina, Weddings With Love, Lambel, Apunto, Lander Urquijo, Couché Photo, Dosaune, Knots Made With Love, Fernando Cuevas y el Castillo de la Monclova.
¡Gracias por hacernos felices!
Y a ti Fermín, por ser el mejor acompañante de vida que se puede tener.
Vuestra novia de lunares
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