¡Buenos días!
Hoy os traemos todos los detalles de la Boda campestre de Elena & Álvaro.
¡Uf! ¿Por dónde empezamos? Esta boda ha sido muy especial para nosotras. Cuando nos dijeron que se casaban allá por el mes de noviembre sabíamos que este enlace prometía, y no pasaría por la Weddings With Love Office sin pena ni gloria. Sabíamos que nos marcaría, y es que Elena y Álvaro son especiales. Dos bellas personas que se han volcado con su boda y a los que tuvimos que poner freno, porque hasta un día antes seguían pensado en detalles para sus invitados, todo les parecía poco. ¡Ellos son así!
Elena y Álvaro se dieron el «Sí, quiero» en una ceremonia civil en la Hacienda El Loreto, Espartinas, Sevilla. Esta ceremonia campestre fue algo peculiar, diferente a las que habíamos presenciado hasta el momento. Nos enfrentamos a un programa de televisión en directo, con conexiones en directo, encuestas callejeras, vídeos, publicidad y música en directo. Tuvimos un presentador que fue «lo más». El primo de la novia, Manolo, periodista y con un gran sentido del humor, hizo de esta ceremonia todo un éxito.
Elena eligió un precioso vestido del diseñador José María Peiró. Acompañado por una capa de gasa que le cubría los brazos y los hombros. El brazalete y el tocado fue obra de Cristina Cárdenas. Ambos de encaje dorado. Los zapatos fueron de la casa Guess y los elegió en el color de la boda, verde esmeralda, a conjunto con los vestidos de sus seis damas de honor. Los pendientes fueron unas esmeraldas, joya de la familia. De la peluquería y el maquillaje se encargaron FelixyMar. Hicieron un trabajo estupendo. Elena es guapísima hasta sin maquillar, imaginaos cuando estos dos artistas ya pusieron sus manos sobre ellas. ¡ESPECTACULAR! Hemos trabajado con ellos en un par de ocasiones, y nuestras novias lucen siempre impecables.
Quino, el padre de la novia, podría ser un nuevo fichaje para nosotras, todo un wedding planner, jejeje. Nos ayudó muchísimo. Nos fuimos a la Hacienda dos días antes para llevar materiales y preparar toda la decoración de Elena y Álvaro. Pues bien, Quino estuvo a nuestro lado en todo momento. Tiene un gran corazón. Desde aquí aprovechamos para darte mil millones de gracias por tu ayuda.
El ramo de la novia fue de la floristería Los Claveles. Fue un ramo muy silvestre. ¡Nos encantaron las rositas de pitimini! Un ramo muy sofisticado. De hecho, la novia dice que no lo disfrutó lo suficiente, así que se hace otro igual para su postboda.
Elena regaló a sus damas estas preciosas pulseras con flores naturales.
¡Todo un detalle!
Álvaro vistió un esmoquin en color azul y negro de Lista. Pajarita y pañuelo de lunares. Zapatos italianos, flechazo total en Bolonia, lugar donde celebró su despedida de soltero. Como reloj eligió un Maserati que le regaló Elena. Los gemelos fueron un regalo de Elisa, esa chica de arriba con una sonrisa tan bonita. Eligió un modelo muy discreto y elegante de la firma Hugo Boss. Y un detalle súper bonito que nos encantó fue que su alianza, la cual fue elaborada con oro de su madre y su abuela. E igualmente Elena, lleva un trocito de su madre y su abuela.
Los anillos los portó Moma, un miembro muy importante de la familia. Compañera de Elena y Álvaro. Es una más en casa y es imprescindible en la vida de ambos, así que tuvo uno de los papeles más importantes en la boda, la entrega de los anillos. Nosotras somos una miedicas de los perros, pero desde la boda de E & A, Moma se ha convertido en nuestra amiga. Vivimos muchos momentos junto a ella. Elena nos decía: no tengáis miedo, es como una personita, jeje. Y es así, parece que te escucha y comprende. ¡Moma te queremos!
Fue una boda muy divertida pero a la vez emotiva, ¡no os imagináis cuántas fotos hay llorando! jeje, y nosotras como tontas pues llorando mientras escribimos el post, jeje. ¡Fue una boda tan especial! Que aún nos seguimos emocionando al ver las fotos.
De la flores de la Hacienda se encargó la floristería Verdolaga. Nani hizo un trabajo maravilloso. Nos puso una jaulas vintage preciosas de color crema repleta de flores. ¡Toda una artista!
Decoramos las sillas con jarrones customizados con tela de arpillera y encaje. La flor que utilizamos fue la paniculata.
Durante la ceremonia, se leyeron algunos discursos. Fueron momentos muy emotivos. Vane, es la mejor amiga de ambos, sus palabras fueron tan bonitas, y por ello ahí los tenéis a los 3 super emocionados. Destacamos que Vane tiene miedo escénico y que le costó mucho dar el paso para hablar en público. ¿Y sabéis qué? Lo hizo genial.
Los vídeos durante la ceremonia fueron geniales. Crearon momentos de risa y humor. Los novios y los invitados se lo pasaron pipa. En algunos de estos aparecieron personas que por ciertos motivos les fue imposible asistir al evento. Manolo, el oficiante de la boda, se encargó de hacer todos estos vídeo. ¡Un 10 para ti, Manolo! ¡Qué grande eres! No os imagináis como se curró la ceremonia de Elena y Álvaro.
¡SORPRESA!
Elena no paró de decir, durante la organización de la boda, que quería globos. Álvaro quiso sorprenderla y creednos que lo consiguió. Cuando finalizó la ceremonia, hicimos una suelta de globos blancos. ¡IDEAL! Fue un momento precioso. Estaban de espaldas a los invitados y cuando se dieron la vuelta… VOILÁ!
¡¡Ni que decir que los novios se lo pasaron en grande!!
Como obsequio para los invitados, Álvaro diseñó unas chapas muy originales con diferentes mensajes. ¡Todo un éxito!
Para la cena, nos decantamos por un cóctel. Elena y Álvaro querían cenar, beber y charlar con todos sus invitados. Así que esta fue la mejor opción. De la parte gastronómica de la boda, se encargó Saboga Catering.
Para sus buffetes diseñamos unos cartelitos de madera en los colores de la boda. ¡Monísimos!
También se personalizaron cubos de zinc. ¡Qué monos! La gente podría llevarse el cubo con sus cervezas súper fresquitas.
IN LOVE!
Nos encanta como quedó la mesa de los novios. Una decoración floral preciosa y el detalle de los globos en las sillas quedó genial.
¡Y llegó la fiesta!
Como Elena y Álvaro son tan guasones quisieron que sus familiares y amigos se lo pasaran pipa. Contratamos un fotomatón de Risbox. ¡La genta hacia cola para tener su regalito de foto imantada! ¡Super guay!
¿Qué nos decís de estos súper kits? Repleto de cosas que te salvavan la vida.
Lo más: ¡El omeprazol para que el exceso de comida y bebida no parara la fiesta!
La primera vez que fuimos a la Hacienda El Loreto, sus paredes nos impactaron. No sabiamos como afrontar el diseño de los buffetes dulces y salados. Poco a poco fuimos cogiendole el punto… Y a día de hoy… ¡morimos en El Loreto! Nos encanta. Nos gusta a rabiar. Es un sitio con encanto. No hay dos. Es único. ¿Qué os parece como quedaron las mesas?
A nosotras nos encantó el resultado. Fue todo un reto la combinación de tantos colores.
Para Elena y Álvaro nos decantamos por un estilo rústico y sobrio. Creamos una mesa de golosinas y repostería creativa de casi 4 metros, un carro repleto de frutos secos y otro muy especial, de bollería. Álvaro es amante de los pasteles de siempre y del zumo de piña, pues bien, 10 litros de zumo le preparamos, jejeje.
Al ser una boda campestre, utilizamos como decoración una cesta de picnic vintage que habíamos adquirido en una «charity» de Londres. Elena es amante de la paniculta, así que usamos esa flor para sus mesas.
De la repostería creativa se encargó, una de nuestra reposteras favoritas, Marga de E’cakes. Es una artista. Y lo que más nos gusta de ella es su formalidad. Siempre nos llega el producto en su punto y el día y hora pactada. Siempre todo impecable. Es un gustazo trabajar con ella. Es muy detallista y siempre da en la clave de lo que necesitamos.
¿Qué os parecen los muñecos de la tarta? Marga nos pidió una foto de sus trajes e hizo una replica, hasta Moma esta favorecida. Como sabía que a Elena le encantaba la paniculata, le puso a la tarta estas flores de azúcar. ¡PRECIOSA!
Este buffet fue el que más triunfó. Álvaro es muy fan de las palmeras de la casa pastelera Ochoa, pues lo sorprendimos y le llevamos a su boda sus palmeras favoritas. Elena, amante de los Foskitos. También los tuvo. Lo decoramos con un carrusel que Álvaro encontró en la calle y los restauramos. ¡Mirad que mono quedó!
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